Catalunya: La próxima década

Ferrán Mascarell reflexionaba en su artículo de opinión publicado en La Vanguardia el pasado 11 de agosto , acerca de qué le deparará el futuro a Catalunya durante los próximos diez años. Interesante ejercicio al que me gustaría sumarme con algo más de optimismo pero, ante todo, con los pies en el suelo. Mascarell reflexiona sobre temas como el futuro de una mayor responsabilidad personal, previa a los grandes retos colectivos, el incierto panorama de una amplia generación sobradamente preparada. Cuestiona si encontraremos soluciones a la crisis y una clase política más responsable (habla de democratización política), hasta devolver la confianza y el bienestar a la ciudadanía. O si alcanzaremos un nuevo modelo de relación entre Catalunya y España, entre otros temas.
Pero diez años pasan muy rápido. Es un periodo muy corto visto con perspectiva y durante la década precedente Catalunya no ha logrado dichos retos. A nivel político, el experimento que gobierna actualmente parece llegar a su fin incapaz de devolver la prosperidad de antaño, más bien todo lo contrario. La crisis global ha fracturado los pilares del desarrollo económico (algunos mal construidos desde el inicio) y socialmente, la responsabilidad nacional de avanzar y construir colectivamente no ha acabado de enraizar en la conciencia general.
Qué nos puede hacer pensar que en tan corto periodo de tiempo sí lograremos la independencia, el resurgir económico, el bienestar perdido, más responsabilidad y conciencia de país o una “democratización política”? Creo que no ha nacido todavía una clase política con verdadero sentido de la responsabilidad que más allá de guiar los destinos del pueblo sea el referente y la conciencia moral de un país. Capaz de construir una nación líder económicamente en Europa y en el mundo, liberada de España y de intereses particulares o partidistas. Capaz de gestionar con eficiencia y cuyo discurso no suene a propaganda interesada sino a difusión pedagógica. Mientras, debemos actuar con responsabilidad a título individual pensando en el bien colectivo. Será la única manera de poder hacer en 2020 un balance mejor.

Publicado en La Vanguardia el 16 de agosto de 2010

LA DÉCADA PERDIDA


Hace más de diez años me llamó la atención un artículo que leí donde un prestigioso economista alertaba sobre las graves tensiones salariales que la entrada del euro provocaría en los países del sur de Europa. Entre ellos España. El profesor Jürgen B. Donges, unos de los cinco “sabios” que por aquel entonces asesoraban al Gobierno alemán, alertó en 1998 que el euro implicaría una total transparencia en precios y salarios en el mercado europeo y derivaría en una presión al alza de los salarios por parte de los sindicatos, sin tomar conciencia que en países como España la productividad era mucho menor. Donges afirmaba también que las tensiones al alza en los salarios perjudicarían gravemente la competitividad de toda la economía europea por la vía de apreciación real del euro con el consiguiente aumento del paro, especialmente en países como España donde, con la llegada del euro, la devaluación de la moneda ya no permitía recuperar la competitividad perdida.


Ha pasado una década desde que leí aquel artículo y no quiero hablar más de la crisis financiera que la originó, sino de la situación en que estábamos cuando nos pilló el toro: los costes laborales se dispararon, no solo por las presiones sindicales, sino por la euforia del boom económico a costa del ladrillo, la productividad ha caído un 15% más y ha llegado el momento de corregir una situación insostenible con o sin la peor crisis desde el 29. Como escribía César Molinas en La Vanguardia – DINERO – el pasado 29 de mayo, se trata de una década perdida. En lugar de rehacer nuestro sistema productivo hemos vivido un crecimiento artificial, independientemente de quien gobernase, basado en un PUF! absolutamente falso que solo la crisis financiera ha desinflado pero que tarde o temprano hubiera reventado. El estallido de la burbuja inmobiliaria no es el problema de fondo, sino otro síntoma de la enfermedad. El verdadero mal es que nuestra competitividad en 2007 era igual a la de 1992 pero sin poder devaluar la peseta. Por tanto para reducir costes solo nos queda el despido masivo … o crear otro modelo productivo.

EL MÓVIL APROVECHA LAS REDES SOCIALES


360 vs redes sociales
Que nos pasemos horas conectados con nuestros contactos a través de Facebook en lugar de hacerlo a través del móvil ya no va a ser una amenaza para los gigantes de la telefonía. Al menos ese es el objetivo que las grandes operadoras persiguen al lanzar servicios como Vodafone 360, presentado en España el 24 de este mes de septiembre. Esta nueva aplicación sustituye a la antigua Vodafone Live! y consiste en un servicio que permite sincronizar automáticamente los contactos del teléfono del cliente con los de sus perfiles en Facebook, Windows Messenger, Google y Twitter. El macroportal 360 integra las comunicaciones telefónicas y el SMS, con el correo, las redes sociales, una tienda online de aplicaciones, mapas, música y geolocalización. El software se podrá descargar al móvil gratuitamente desde un PC o un Mac
Es decir, las operadoras han entendido a la perfección que las redes sociales ya no son una cosa solo de “niños”, sino de usuarios de cualquier edad y a las que acude cualquier persona con el fin de organizar sus contactos e intercambiar con ellos todo tipo de información.

Creo que la estrategia es acertada. La operadora ha desistido en su batalla frontal con la competencia proveedora de aplicaciones y contenidos, y con los fabricantes de terminales por el control de los clientes, ya que el servicio no será exclusivo para sus clientes y se abre a los de otras operadoras. Ahora, ha decidido unirse a ellos para explotar al máximo las posibilidades que ofrecen las redes sociales a través del móvil.

Otra cosa serán el precio de los servicios y la baja velocidad de transferencia de datos en las redes 3G sea. El tiempo y el mercado facilitarán superar ambas barreras.

Manual de uso del blog en la empresa



Alberto Ortiz de Zárate es uno de los profesionales con mayores conocimientos que he tenido la oportunidad de conocer en esto mundo tan interesante y casi infinito que es la blogosfera. Os recomiendo su libro
manual de uso del blog en la empresa”, una obra muy completa en contenido, pero fácil de leer donde se repasa el uso del blog en las empresas y se destaca la importancia que tiene no solo participar sino, sobretodo, "escuchar" qué ocurre por ahí fuera.

Alberto Ortiz de Zarate nos habla sobre la importancia de los blogs de empresa y como el blog tiene una serie de características que tienen que ver con los valores. Destacaría su percepción del blog como esta materialización de la voz humana. Son artículos escritos por personas y por tanto hay más dosis de opinión que de información. Esta situacion en la empresa resulta complicada pues la organización suele ser reacia a incentivar la comunicación interna y, por contra, focaliza sus recursos en sus procesos productivos y en vender y generar beneficios. Dice también que vender directamente desde un blog está mal visto. Teniendo en cuenta que el blog también comunica internamente en la empresa, Alberto explica la forma en que las empresas pueden beneficiarse con el lanzamiento y mantenimiento de un blog corporativo.

La DGT, reacaudadora



Los presupuestos generales del Estado prevén recaudar este año 416 millones de euros en multas y sanciones por los 192 millones del 2006, año en que entró en vigor el permiso por puntos. Por el contrario, la partida destinada a la seguridad vial caerá un 1,8%. La última reforma de la ley de Seguridad Vial aprobada recientemente en el Congreso permitirá que la DGT alivie el déficit público. Pero también ha abierto una brecha en su impecable argumentación propagandística y que había sostenido cualquier cambio en la ley de Tráfico. Hasta la fecha, la seguridad y el respeto a la vida se habían consolidado como razonamientos de una solidez incontestable. Siempre con un polifacético conductor ejerciendo en todo mensaje emitido como único protagonista.

Pero ¿cómo pretenden hacernos creer ahora que todo lo hacen por salvar nuestras vidas si, por citar algunos ejemplos, a partir del próximo mes de noviembre se pretende multar a todo aquel que sobrepase en un solo km/h la velocidad permitida? ¿O bien que infracciones tan peligrosas como aparcar en un túnel, en una curva con visibilidad reducida o circular por una autovía con un vehículo no apto (como un tractor), dejen de restar puntos a cambio de endurecer las sanciones económicas? Por no hablar de la falta de inversión en la red viaria y de la necesidad de reformar los puntos negros, auténticas trampas mortales más fijas que los radares. Pero no todo son malas noticias: el aumento del importe de las sanciones irá acompañado de la bonificación de hasta un 50% a aquel que las pague en 15 días y se olvide de reclamar, pues el 30% de las sanciones se perdían en burocracia.

No pretendo hacer apología a favor del aumento de los límites de velocidad ni poner en duda la tolerancia cero con el incivismo al volante. Nadie en su sano juicio cometería tal error. Pero debemos decir basta a una normativa cuyos fines recaudatorios suponen un serio abuso de una ciudadanía actualmente demasiado castigada. Sí al fondo, pero no a la forma.

Publicado en LaVanguardia.es el 29/06/09